Esta científicamente comprobado que el contacto directo con los animales es muy benencioso para el bienestar psicológico y emocional. Buena prueba de ello es lo contentos que se pusieron los habitantes de una residencia de la tercera edad de Rosdorf (Alemania) al recibir la entrañable visita de Pauline, un poni de lo más tierno que se metió a todos en el bolsillo.
La iniciativa fue tan exitosa que el centro ha decidido repetir la experiencia todos los meses con un animal diferente. Sin lugar a dudas, una magnífica manera de alegrar los corazones de nuestros mayores.
0 Comments