Hombre sube montañas con una nevera

Michael Copeland, un ex soldado británico de 38 años, logró escalar los picos más altos de Inglaterra, Gales y Escocia en menos de 24 horas y con un gran aparato en la espalda. La razón: una recaudación de fondos para una organización benéfica que trabaja con problemas de salud mental.

El hombre que sube montañas con una nevera a la espalda (por caridad) 

Un exsoldado británico de 38 años, Michael Copeland, logró escalar las montañas más altas de Inglaterra, Gales y Escocia en menos de 24 horas, con un refrigerador atado a la espalda. Una hazaña que sería complicada para cualquier persona no acostumbrada a la escalada, que el hombre de 38 años completó cargando con el peso de un gran electrodoméstico. Todo por una buena causa: recaudar dinero para Mind, la organización benéfica de salud mental. El exsoldado ha escalado en menos de 24 horas (23 horas y 50 minutos para ser precisos), las tres cumbres más altas de los tres países.

Comenzó con el pico escocés Ben Nevis a las 6.54 a.m. del pasado sábado antes de escalar Scafell Pike en el Distrito de los Lagos, y luego Snowdon en Gales, completando las tres subidas 10 minutos antes del límite de tiempo, siempre con una hielera a la espalda de 25 kilogramos. El triple ascenso ciertamente no fue un paseo por el parque para el hombre de 38 años, quien tuvo que superar condiciones climáticas adversas, como fuertes lluvias, fuertes nevadas y fuertes vientos: «El refrigerador representa la carga que puede ser la salud mental para todos nosotros – dijo Copeland a los medios británicos – A menudo pienso que no soy lo suficientemente bueno y quiero hacer más, pero el desafío se sintió como una película, con las condiciones climáticas cambiando continuamente. En Gales había un viento que soplaba alrededor de 40 millas por hora (igual a más de 60 km/h), sentí como si una persona adulta estuviera tratando de empujarme». Encontré 12 pulgadas de nieve y malas condiciones. Escalar con la nevera a la espalda es muy incómodo y cansador, pero no podía parar, me sentía como Forrest Gump». 

Michael Copeland no siempre fue un aficionado a la montaña, pero retomó el hobby después de la pandemia. Al dejar el ejército después del nacimiento de su segundo hijo, el hombre tuvo problemas para reintegrarse a la sociedad, experimentando depresión y ansiedad. Así que decidió emprender un viaje personal dedicado a la disciplina y la forma física. Pero con la aparición del Covid y el inicio de las medidas restrictivas, el hombre de 38 años tuvo que abandonar su pasión por el culturismo y buscar una nueva forma de hacer caridad y llevar a cabo sus campañas a favor de la salud mental. En la montaña, el joven de 38 años ha encontrado un lugar para afrontar nuevos retos y al mismo tiempo seguir ayudando a los demás.