Con la boca abierta. Así se quedaron los trabajadores de una panadería y cafetería de Nebraska cuando Nicholas, uno de sus clientes, les dejó de propina nada mas y nada menos que 2000 euros.
El empleado que le atendió le indicó que se habla equivocado al marcar esa cifra, pero el generoso hombre, que solo había consumido dos empanadas por el precio de 5 dólares, insistió en que esa era la cantidad que deseaba dejar. La dueña del local repartió el dinero entre el equipo y quiso agradecer el espléndido gesto públicamente en las redes sociales.
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